Comprobaremos tu batería y si el voltaje es menor de 12,2 voltios con el coche apagado, o más de 14,7 voltios con el coche en ralentí, es hora de cambiar la batería.
Los síntomas que suele presentar una batería agotada son:
- Cuando el motor arranca con dificultad o poca potencia.
- Si escuchas un chasquido al dar el contacto, pero el motor de arranque no gira.
- Cuando la intensidad de las luces disminuye al activar el contacto.
- Si las luces exteriores y de cortesía no se encienden al encenderlas con el motor parado.
- Si los elementos con memoria, como el reloj o las emisoras de la radio, se han desprogramado.
En el caso de que no esté agotada al 100% puedes recargarla al arrancar el coche y circular durante un tiempo para que el alternador la cargue.
En condiciones climáticas frías, una batería vieja puede dar problemas de arranque. Aunque no es recomendable prolongar esto, puedes alargar su vida durante algunos meses o años.
La batería suele tener una vida media de entre 3 y 4 años.
Si la avería no es la batería, existen varias posibles causas que pueden afectar el arranque del coche. Entre otras algunas de las razones más comunes son:
- Falta de combustible: A veces, simplemente nos olvidamos de repostar y el coche se queda sin gasolina o diésel. Si notas que el coche da tirones y se para, verifica si necesitas llenar el depósito. En vehículos más antiguos, también considera cambiar el filtro de combustible o cebar el circuito de combustible en caso de ser diésel.
- Fallo del motor de arranque: Las averías en el motor de arranque suelen ser de carácter eléctrico (sensor, bobina, centralita).
- Problema con el alternador: En vehículos con muchos kilómetros, el alternador puede dejar de cargar correctamente, lo que provoca que la batería se descargue. No es un problema directamente con la batería, sino con la tensión del circuito eléctrico.
- Fallo en las bujías (en vehículos de gasolina): Las bujías pueden desgastarse con el tiempo y son esenciales para el arranque del coche, ya que regulan la mezcla de aire y combustible. Si notas un aumento inusual en el consumo de gasolina, podría ser un síntoma de bujías defectuosas.
- Rotura de la correa de distribución: La correa de distribución es una pieza indispensable para el funcionamiento del motor. Si no se cambia según las indicaciones del fabricante, puede romperse y causar daños graves al motor. Síntomas como revoluciones inusuales o ruidos pueden indicar este problema.
- Fallo en el interruptor de encendido: El interruptor de encendido es responsable de pasar la energía de la batería al motor al arrancar el vehículo. Si falla, el coche no arrancará correctamente.